La contravención de los propios actos en el marco de los acuerdos parasociales.

Supuesto de hecho: 

Don Ignacio Garamendi y Álvarez de Sotomayor y doña Alejandra Álvarez de Sotomayor y Gallifa son los socios mayoritarios de tres sociedades mercantiles del sector ecuestre que tienen su origen en una explotación ganadera que su abuelo desarrollaba durante la segunda mitad del siglo pasado a las afueras de Puente Genil.

Hace diez años suscribieron un convenio en el que se comprometían a exigir el voto favorable de, al menos, el cincuenta y uno por ciento de las acciones y participaciones que compusieran el capital social de la más antigua de las sociedades, como requisito para la aprobación de ciertos acuerdos por la Junta General.

También convinieron que la adopción de algunas de las decisiones atinentes a otra de las sociedades exigiese el voto favorable de todos y cada uno de los miembros del Consejo de Administración.

Y convinieron a su vez que a la última de las sociedades le fuera de aplicación este mismo régimen jurídico en caso de que pasase a regirse por un Consejo de Administración.

Sin embargo, ambos actuaron siempre separadamente en sus respectivos ámbitos de competencia para impedir que sus encarnizadas rivalidades obstaculizaran la buena marcha de las sociedades mercantiles, sin cumplir con el convenio suscrito entre ellos.

Don Ignacio, como licenciado en ciencias empresariales, administraba y dirigía las sociedades mercantiles, y doña Alejandra, como licenciada en veterinaria, se ocupaba de la salud y del mantenimiento de los equinos.

En estas circunstancias, y bajo la sospecha de que don Ignacio quisiera apartarla de las sociedades, doña Alejandra interpuso una demanda por la que solicitaba que se declarase la resolución del convenio suscrito con su primo, alegando el incumplimiento constante y reiterado de los términos y condiciones establecidos en el mismo.

Realizado por: D. Adrián Arrébola Blanco. Prof. Ayudante Doctor de Derecho Civil. Universidad Complutense de Madrid.