La extinción de la pensión compensatoria por herencia del excónyuge.

Supuesto de hecho: 

Roberto García y Ana Martínez se conocieron en el instituto y, desde el primer momento, se enamoraron. Así, comenzaron una relación de noviazgo a los 15 años y nunca se separaron. Fruto de este amor, en 2001 decidieron formalizar la relación y contraer matrimonio. Además, compraron una vivienda en su ciudad, León, donde se fueron a vivir juntos. Sin embargo, los problemas de convivencia empezaron a aparecer y, lejos de mejorar, provocaron que su vínculo se rompiera en 2002 al divorciarse.

Para ello, acordaron un convenio regulador en el que se reconocía una pensión compensatoria de 400€ mensuales a favor de Ana, siendo aprobado el mismo por el juzgado de primera instancia ese mismo año. No obstante, como Ana no disponía de ingresos suficientes para subsistir, en 2012 ambos acordaron una modificación de medidas para incrementar la cuantía de la pensión a 800€. En todo caso, como Ana disponía de una finca que había recibido como donación de su tía años antes, se pactó una rebaja de 300€ cuando se procediera a la enajenación de la misma.

Roberto, en este tiempo, ya había rehecho su vida con Antonia Giménez con la que tuvo sus dos primeras hijas: Marta y Victoria. Teniendo en cuenta sus nuevas obligaciones familiares, la venta del inmueble de Ana y la falta de interés de Ana en buscar un empleo, en 2015 José solicitó la extinción de la pensión compensatoria o, subsidiariamente, una rebaja de la misma a la cantidad de 500€. Esta pretensión fue acogida parcialmente por los tribunales, al considerar que no procedía la extinción de la pensión, pero sí una rebaja.

En 2023, Ana recibió una cuantiosa herencia de sus padres, lo cual provocó que Roberto volviera a solicitar la extinción de la pensión compensatoria que llevaba abonando cerca de 22 años.

Realizado por: D. Manuel Ortiz Fernández. Profesor Ayudante Doctor de Derecho civil. Universidad Miguel Hernández de Elche.